La única razón de que algunos, bastantes, no estemos en las condiciones requeridas de efectividad y competencia para alcanzar en la vida una meta elevada es porque fallamos en lo que se refiere a disciplinarnos adecuadamente para ello. El cerebro debe ser capaz de ver aquello que a primera vista no es perceptible. En este aspecto, el rinoceronte de la selva africana conoce mejor que muchos seres humanos la forma acertada de proceder. Es muy corto de vista y por ello se auxilia con un pájaro que le acompaña constantemente y se posa en su cabeza. El pájaro en cuestión tiene un sentido de la vista muy agudo, y cuando se aproxima un enemigo lanza un chillido, y el rinoceronte oye la advertencia y se prepara para afrontarlo.

            Otro dato a relacionar con el título: John Dewey, el filósofo norteamericano más importante de la primera mitad del siglo xx, refiriéndose a sus aportes metodológicos para escolares, dijo: Una inspección cuidadosa de los métodos que han sido permanentemente exitosos en la educación formal revelará que su eficiencia depende del hecho que ellos vuelven a la situación que causa la reflexión fuera del colegio en la vida ordinaria. Le dan a los alumnos algo que hacer, no algo que aprender; y si el hacer es de tal naturaleza que demanda el pensar o la toma de conciencia de las conexiones, el aprendizaje es un resultado natural.

            De modo que lo ideal no es que un crio acumule conocimientos, sino que desarrolle capacidad. Por tal motivo, no parecerá descabellada mi suposición de que un rinocerontito podría muy bien acariciar el deseo de que los pájaros, en adelante, se paren encima de su cabeza. En realidad, esto equivaldría a seguir el “método educacional eficiente”: Pensar ya tranquilo en el gran susto vivido con su madre; “cobrar conciencia” de que, gracias al chillido de aquel pájaro, la manada fue advertida de un peligro. Recordemos que, para Dewey, lo que vale en el aprendizaje es la demandada pensada ulterior sobre algo experimentado, una toma de conciencia de las conexiones o relación entre ideas y cosas. En consecuencia, el rinocerontito dejaría a gusto de dar saltitos para ahuyentar a los pájaros que se le paraban encima de la cabeza: Y todo a resultas de haber querido recordar una experiencia.

            En cambio, entre los humanos, el primer obstáculo que se le presenta al adolescente para independizar sus ideas es que se encuentra influido por lo que hacen los demás. No explora, asume sin esfuerzo alguno. Desde los 12 a los 16 años, tal observancia casi es una necesidad, pero sucede que dicha necesidad influye tan poderosamente sobre ellos que continúa dominándoles durante mucho tiempo y les impide tener personalidad, ya que continúan siendo imitadores durante mucho tiempo.

            El pasado traído al presente, lo ensancha y ahonda. Que se nos quede grabado. La memoria es una experiencia sustituta, en la cual se da todo el valor emocional de la experiencia actual sin su tensión, sus vicisitudes y sus perturbaciones. (John Dewey)