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AL HABLA CON...
MARI CARMEN BAS MILLET
(por Vicente Esteve)


Reunido en la sede de JubiCAM con Mari Carmen le lanzo una pregunta, y viendo que la responde, nos animamos y sigo preguntan do, ella sigue respondiendo, y al final tenemos una nueva entrevista. ¿Cuándo te jubilaste?
– El 31 de enero de 2001 cuando cumplí los sesenta y cinco años. A partir de ahí recuperé mi libertad a pesar de que los trabajos que realicé siempre en la Caja fueron muy bonitos pero me faltaba tiempo para mis inquietudes personales.

Y ¿cuáles fueron esos trabajos?
– Los desarrollé en dos etapas diferentes. Con 17 años entré en la Caja del Sureste como becaria en la Secretaría General. Allí se llevaba casi toda la actividad creativa. En Personal, con Maruja Pardo, inicié los primeros expedientes personales de los compañeros, todos ellos se hicieron a mano, por lo que todos llevan mi letra y la de Maruja. Estuve en Estadística, con Carlos Sánchez de jefe, quien me exigía que los números utilizados fueran de un tipo especial -estadísticos- para evitar confusiones de cambios en su lectura. Fui colaboradora de Urruela Salazar, magnífico pintor, en el escaparatismo y decoración de las oficinas. También participaba en la preparación y el desarrollo de los actos del sorteo del Día del Ahorro y en la entrega de regalos de Reyes a los hijos de empleados. Mi casamiento en 1962 interrumpió mi actividad laboral, pero al producirse mi ruptura vuelvo veinte años después y me incorporo a Préstamos. Pasé por Ahorro, y mis estudios de cerámica y dibujo publicitario en Artes y Oficios, me llevaron al departamento de Imagen y Comunicación con Toni Gil de jefe, donde me dediqué a realizar una base de datos con fotografías antiguas recuperadas de archivos y cajas, para poderlas salvar y que no se perdieran. Entonces Miguel Romá me encomienda la tarea de inventariar las obras de arte de la Entidad, trabajo que paso a hacer bajo la jefatura de Miguel Hortelano, visitando todas las oficinas y edificios para catalogarlas e inventariarlas al mismo tiempo (hice más de 4500 fotografías). Todas las mañanas salía en mi coche y con mis herramientas de trabajo -bloc, bolígrafo, metro y máquina de fotos- para documentarlas. Al jubilarse Miguel Hortelano, pasé con mi trabajo a Inmovilizado Funcional donde me llegó la jubilación. Como ves, variada y variopinta mi actividad laboral.

Antes de este periplo ¿cómo fue tu infancia?
– Alicante me vio nacer el 1 de febrero de 1936. Mi padre fue periodista, Francisco Bas Mingot, con calle dedicada en Alicante y de familia con mucha raigambre alicantina. Escribía sus relatos y crónicas en la prensa, que eran muy leídas, y que hoy tendrían plena actualidad. Por parte de madre mi abuelo era francés, aunque nacido en Gijón, pues sus padres, que eran cristaleros en Lyón, entraron en España para poner en marcha las fábricas de Asturias en su industrialización y, como la madre venía embarazada, de ahí su origen. Se desplazó a Cartagena para realizar la misma labor y allí se casó mi abuelo. Mi madre, Luisa Millet Vázquez, realizaba sus labores y tenía grandes inquietudes por la escritura, pero la guerra truncó sus ilusiones. Tuvieron dos hijos pero mi hermano menor  falleció. Yo me casé en 1962 y tengo 2 hijos y 2 hijas ya mayores. Dejé la Caja para estar a su cuidado pero volví a entrar en 1982 una vez separada. Alicante lo he vivido día a día ya que en casa comentaban todos los avatares y era muy agradable. Hice la carrera de Profesor Mercantil en la Escuela Profesional de Comercio y estando en el último curso me presenté y aprobé  las oposiciones de la Caja, por lo que los últimos seis meses trabajaba y estudiaba al mismo tiempo hasta sacar el título. Mi abuela paterna tocaba la guitarra “La Leona”  -pieza de museo sobre la cual hay muchas leyendas- y poseo documentación y cartas muy expresivas del constructor Antonio Torres; Nacho Rodes me tocó una pieza con ella en el ciclo bianual de guitarra clásica de la CAPA; desde Almería me llamaron cuando allí se expuso y también cuando tocaron con ella en la capilla del palacio de Aranjuez.

Como mujer activa y con mucho recorrido, no me resisto a dejar de preguntarte ¿cómo ves la ley de igualdad y paridad de la mujer?
– Desarrollada en su justa medida, bien. Se ha conseguido superar épocas pasadas porque disponemos de libertad pero ello debe ir acompañado de la educación de antes. Siempre habrá listos y listas, menos listos y listas, por lo que la valía no debe depender del género.

¿En qué disfrutas ahora de tu tiempo libre?
– Paso mucho tiempo documentándome y visitando los archivos municipales y de la Diputación. Incluso me desplazo a la biblioteca nacional en Madrid y aprovecho para pasear por sus calles. Buceo en legajos que todavía no había tocado nadie sobre arqueología industrial y sobre la ciudad de Alicante. Asisto a conciertos y voy a la sede de la Universidad donde me apunto a todos los ciclos sobre bibliografía (uso de libros antiguos, raros o curiosos). Hay mucha vida por todos los lados y cosas muy interesantes todavía por descubrir. Me gusta escribir libros y artículos sobre las materias que domino. En las cartas que envío suelo describir el entorno que me rodea y he colaborado en algunas ocasiones enviando escritos a nuestra revista (la mano negra, vejez supina, etc.)

Desde tu atalaya ¿cómo catalogas a la sociedad que te rodea?
– A todo el mundo le gustan sus raíces. Fue dura la generación de nuestros padres y a pesar de ello destacaba la amabilidad de las gentes y su enorme humanidad. Ahora tiene que ocurrir una catástrofe, como la de Lorca, para que afloren esos sentimientos pues somos más superficiales y deshumanizados en el día a día. De Alicante ciudad te diría que han abusado de ella, porque había mucho progreso y la han destrozado, dedicándola sólo para el turismo cuando desde los fenicios hemos sido cuna donde la pequeña y mediana empresa era lo que le dieron años de esplendor.

Le pedimos nos cuente algo más sobre sus aficiones, anécdotas y viajes, y esto es lo que nos dice:
– Me sigue apasionando la documentación. Con una beca del Gil-Albert hice un trabajo sobre el Pavimento Hidráulico, donde en la Casa Museo Modernista de Novelda, tiene una gran exposición de ellos. Escucho música clásica en conciertos pero no rechazo la música moderna, me gusta observar las obras de arte en pintura y escultura contemporánea. Todos los viajes que he realizado me traen sus buenos recueros, como el de Argentina con el club CAM, aunque el de Canadá, también con ellos, no salió según lo esperado. Rusia me atrajo por ese sentido “pecaminoso” que era visitar el país de los malos y guardo una muy buena impresión.

Y de gustos culinarios, qué prefieres ¿caseros o de restaurante? ¿Plato favorito?
– Me gusta más la comida casera, pero que me la hagan. Cuando voy al restaurante siempre pido la especialidad de la casa. Me encantan la tortilla de patata, la menestra tal como la hacía mi madre y la paella alicantina mixta (de carne y pescado) aunque yo no consigo hacerla. En la cocina me organizo con muchas  ollas y tengo la herencia de mis abuelos franceses, sobre todo la sencilla y buena, no la elaborada.

Para terminar, ¿de quién me despido, de Mari Carmen, de Carmen Bas o de “Chiqui”?
– En clase todos me llaman Mari Carmen, en la CAM me llamaban Carmen Bas, y Chiqui es una palabra que se utiliza mucho en el norte donde tengo familia, allí me lo empezaron a decir y así me quedó entre las amistades y compañeros. Me llegaron a poner por escrito “doña Chiqui” así que todas son válidas.

Pues aquí queda constancia del rato tan agradable que he pasado con Mari Carmen, Carmen Bas y Chiqui.

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