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HACE 50 AÑOS...
(por Toni Gil)

     En enero de 1961 se inauguró la Residencia Alicante, una instalación de 20 apartamentos que la Caja de Ahorros del Sureste puso en marcha en los altos de la Sucursal Principal de Alicante. Tres botones entraron a trabajar en aquella empresa: José Luis Rogel, Pedro Lledó y éste que os escribe. Si no recuerdo mal, el proyecto ambicionaba complementar la oferta a turistas, visitantes ocasionales y residentes de larga temporada. Allí, entre subir y bajar alguna maleta y sacar brillo a los dorados, aprendí a tratar con cortesía y respeto a los clientes, enseñanza que me resultó harto útil en mi siguiente etapa  profesional, cuatro meses después ya en la propia entidad de ahorro. Dirigía aquel establecimiento doña Manolita Moya, recién regresada de Estocolmo, donde su esposo, Vicente Ramos, había estado un tiempo como lector de español. Y allí fue donde le conocí.

   Muchos años después, cuando el trabajo me llevó a aquella Secretaría de Ahorros y Promoción que dirigía nuestro buen amigo y respetado Paco Bernabeu, ya tuve algunos contactos más frecuentemente con Vicente, y aunque con escasa intensidad estos se han venido produciendo durante más de treinta años. Lamento haber estado ausente de Alicante cuando falleció.

  

     Ahora, en estos tiempos tan peculiares, en los que corre gran peligro parte o toda la Obra Social de la Caja, hay que reconocer que en algunas de sus realidades –Biblioteca Gabriel Miró, Premio de Cuentos, Centro de Legados…- algo o mucho tuvo que ver. En estos últimos años lo he tenido muy presente –junto a mi ordenador, siempre, presto a consultarlo, su libro sobre la historia de la Caja del Sureste y Antonio Ramos Carratalá-.

  

     Así que, cincuenta años después, cuando acabo de firmar mi finiquito versus relación laboral ¡con el Banco CAM! y al echar la vista atrás, con cierta añoranza, no puedo sino recordar a mi primera jefa y lamentar que Vicente la haya dejado al cuidado de un médico austriaco bastante olvidadizo. A pesar de mi edad, reconozco que para este tipo de tragedias no estoy nada preparado.

 

toni.gil@ono.com 

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