Índice de Documentos > Boletines > Boletín Octubre 2011
 

EL TREN
(por Gaspar Pérez Albert)


     Al iniciar este comentario voy viajando en tren. Un tren de lo más moderno, confortable y veloz, como lo son casi todos los trenes actuales. Es un medio de transporte ideal, para personas sobre todo, aunque también transportan ciertas mercancías, y es rápido y muy cómodo. Observo a mi alrededor el rostro de algunos de mis compañeros de viaje, hombres y mujeres, y veo en sus caras diversas imágenes que muestran sus diferentes estados de ánimo en ese momento, y en algunos hasta casi su forma de ser. Quiero decir que se reflejan en sus expresiones muy diversas, alegres o tristes, de satisfacción o preocupación, de bienestar o dolor, y hasta si me apuran, hasta de amor u odio, producto de sus pensamientos y de sus personales historias.

     El hombre no es solo un cuerpo, con su peso y sus dimensiones, cuya carga transporta el tren, sino que también tiene su alma, con todos los atributos que antes he mencionado y otros muchos que, seguramente, habré olvidado, que, junto con las personas, también son llevados por el tren de un lugar a otro, según el itinerario a seguir por cada viajero.

     En el transcurso del camino, el tren también nos ofrece gran variedad de paisajes, que pueden condicionar nuestro ánimo, haciéndonos reflexionar –por lo menos a mí así me ocurre- y liberándome de la mayor o menor monotonía del viaje, sobre todo si éste es de larga duración, y junto con el ambiente sosegado y casi totalmente silencioso que ofrecen estos fantásticos trenes actuales, puedo pensar y reflexionar, sacando mis conclusiones, siendo la principal el reconocimiento de que no somos solo simples “bultos” que dan una imagen ante los ojos de los demás, aunque seamos de carne y hueso, sino personas racionales con cuerpo, y, sobre todo, alma. Un alma que goza y sufre, aunque para muchos sea una desconocida, porque no encuentran tiempo ni lugar para pensar en ello. Viajar en tren creo que puede ser, tal vez, una buena motivación y ayuda para tales olvidadas reflexiones.

     Estas son mis impresiones al viajar en tan confortable tren y por ellas es muy fácil deducir que me fascinan los viajes en tan importante medio de transporte,  porque encuentro siempre momentos de paz y tranquilidad, y tiempo y lugar adecuados para pensar e incluso para escribir, pues me proporcionan inspiración. Así pues, también desde un punto de vista más o menos poético, puedo afirmar también que el tren es como mi mejor musa.

     Seguramente, serán muchos los que no compartan estas opiniones mías sobre tales viajes, porque creen, seguramente, que también se puede pensar y sacar conclusiones en cualquier otro momento y lugar, lo cual es asimismo muy cierto. Por ello, no cabe duda, de que me corresponde volver a meditar y reflexionar de nuevo sobre lo que he escrito, aunque para ello tenga que volver a hacerlo de la  forma  más eficaz posible, es decir, viajando de nuevo en tren, medio de transporte que tanta influencia y ventajas tiene para mí. Mas, si así lo hago volveré a correr el riesgo de que alguien pueda cuestionar mis opiniones y me hará de nuevo reflexionar y para ello lo mejor vuelve a ser el viaje en tren. Total, que me meto en un círculo vicioso del que es difícil salir. Es como la pescadilla que se muerde la cola, pero a pesar de todo no renunciaré nunca a mis viajes en tren, que tan buenas sensaciones me hacen sentir.

Volver