Índice de Documentos > Boletines > Boletín Octubre 2011
 

PARA "ASCEN" EN SU JUBILACIÓN
(por José Antonio Marín Caselles)

     

Bienvenida a la jubilación. Al comienzo de una nueva etapa, una vez aliviados tus hombros del peso de la responsabilidad profesional que nunca esquivaste. Otra vez al principio de una experiencia nueva por descubrir, libre ya de ataduras tu conciencia. Te encuentras en el preludio de algo importante, con todo el futuro por delante. Y con una ventaja: las etapas pasadas, las relaciones humanas creadas, los momentos vividos, las amistades cultivadas, las personas queridas, el mundo entero de afectos que has construido en torno a ti, no desaparecen. Son un valioso patrimonio acumulado que llevarás siempre contigo, en tu mente y en tu corazón. Lo revivirás cada vez que lo recuerdes y lo verás también reflejado en la mirada y el cariño de los que te quieren y te querrán siempre. Ya sabes que “quererse no tiene horario ni fecha en el calendario cuando las ganas se juntan”. [1]

  

Recordar no es solo melancolía, nostalgia, la “añoransa[2] de una habanera que canta, triste, al corazón abatido, anclado en un pasado que no vuelve, porque el ser querido no vuelve, ni vuelve la emoción de un instante. Recordar es también revivir, emocionarse, comprender lo que somos a partir de lo que hemos sido y nos ha pasado. Es sentirse afortunado por vivir, por experimentar sensaciones nuevas, por emprender una aventura cada día.

  

La juventud es bonita. Pero también la jubilación, si se vive conscientemente, con intensidad y no como retiro, como arrinconamiento, decrepitud o en soledad, como si se tratara del último trayecto de un barco ingobernable que navega fatalmente contra los arrecifes de un desastre. En ese caso no se vive la vida sino que se acorta y se pierde. Para Séneca [3], estoico destacado que persiguió la felicidad a través de la virtud, “la vida se nos ha dado con largueza. No es corto el tiempo que tenemos, somos nosotros quienes lo acortamos consumiendo nuestra vida en esclavitudes inútiles: al dinero, a la opinión de los demás, a la inactividad, a la crítica, a la difamación, y se consumen unos hombres con otros, o contra otros, sin preocuparse de sí mismos, de su felicidad. De este modo, personas que pasan muchos años en este mundo, cuando mueren, si quitas el tiempo perdido, apenas han vivido los años de un niño.” Tener canas y arrugas no implica haber vivido mucho sino haber durado mucho. Que nadie te robe ni un solo día de tu vida.

 

Juventud y Jubilación. Amanecer y atardecer. Amaneceres y atardeceres compiten en belleza cuando el sol se encarama sobre el horizonte. ¿O no es también un sol decadente el que pinta cada día un cuadro fascinante, tiñendo de rojo las nubes de la tarde?

 

No estarás sola este tiempo. Tú y yo nos encargaremos de que no estés más sola de lo que tu espacio vital necesite y de que no te aburras entre marasmos de bostezos que provoquen el hastío de ti misma. Jubilarse no es enterrarse. “Es preferible morir que vivir muerto” [4]. Nos moveremos y nunca nos quedaremos atados por el miedo. Aunque, eso sí, ponderando las actividades que emprendamos, contrastándolas con nuestras fuerzas. En un futuro próximo, seguro que también tus hijos te ofrecerán, por fin, nuevos argumentos para combatir tu imposible aburrimiento: los nietos. Entonces revivirás de nuevo el ciclo de la existencia, y quedará tu corazón atrapado por ese diminuto prodigio de vida. Te conozco y sé que lo vivirás tan de cerca que tu figura quedará para siempre alojada en los rincones del alma de un niño, como antes tu ADN quedó inscrito en el suyo. Y como ideológicamente tú y yo nos movemos por lugares comunes, no habrá romería a la que faltemos, viaje que declinemos, libros que recusemos, rutas que rechacemos ni platos que despreciemos … hasta que el cuerpo aguante.

 

Tenemos que aprovechar “el tiempo, sea cual sea la edad, por si después de esta vida no hubiera otra oportunidad”. Y confío en que no me consideres “viejo y cansao, pues has de tener en cuenta, que un corazón amarrao, cuando le sueltan la rienda, es caballo desbocao”. [5]

 

A la vida, como a la obra de teatro, no le encontraríamos ningún sentido si le amputáramos el acto más importante: el desenlace. La jubilación es meta, es objetivo, es sentido, explicación y aspiración. Bienvenida.



 

[1] Canción de Gipsy Kings “Bamboleo

[2] Habanera de Torrevieja

[3] Sobre la brevedad de la vida  (El libro de la sabiduría)

[4] Curio Dentado, S. III A.C.

[5] Canción citada ut supra

Volver