LA CAM EN LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN

     Poca fortuna ha tenido la Caja de Ahorros del Mediterráneo en los últimos seis meses si seguimos la información que se ha ido vertiendo en los medios de comunicación social. Desde la ruptura del Sistema Institucional de Protección (SIP) acordado con Cajastur, Cajacantabria y Caja Extremadura el 30 de mayo de 2011 la CAM se ha quedado sola.

     Ante este hecho, la CAM ha tenido que pechar en la más absoluta soledad la búsqueda de acuerdos con alguna entidad o fondo de inversión para fortalecerse. No ha sido posible y el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) decidió intervenirla el día 22 de julio de 2011 y este último ha pasado a ser su nuevo administrador. El FROB ha ido soltando ciertas cargas de profundidad a la institución alicantina, que se han reflejado con excesiva dureza en los medios de comunicación social. Personalmente creo que se ha hecho uso de cierta dosis de violencia en su información, que la han dejado al pie de los caballos de la opinión pública, con el apelativo de insolvente y mala calificación.

     Curiosamente su situación no es muy distinta a la mayoría de las otras cajas de ahorros, pero éstas han tenido la fortuna de asociarse en términos de “fusión fría” y han sido tratadas con benevolencia en las informaciones que han ido apareciendo en los medios.

     Para mayor abundamiento están las declaraciones del Gobernador del Banco de España que calificó a la CAM con una corta y contundente frase que no la ha favorecido. El efecto de esta aseveración del máximo representante de la autoridad monetaria española es de difícil admisión por la sencilla razón de que el sistema financiero se fundamenta en una sola palabra, “confianza”, y no parece que favorezca ni a la CAM ni al resto de cajas de ahorros de nuestro país.

     La historia económica y financiera nos demuestra que las autoridades responsables de todo su sistema no pueden lanzar de forma tan gratuita estas expresiones. Me remito al llamado crack del año 1929 en Estados Unidos, durante el cual las autoridades monetarias y de la Reserva Federal precisamente en lo que incidían continuamente era en que los clientes y el público tuvieran confianza y sirvió como una buena baza para la recuperación.

PODA DE RAMAS

     En los tres últimos años las cajas de ahorros españolas están en un proceso de fusiones y absorciones, auspiciadas por el Banco de España, cuyo resumen final es el de que de las cuarenta y cinco cajas de ahorros que había en nuestro país se van a consolidar una quincena de ellas, fruto de fusiones frías y con ayudas del FROB. Estas fusiones son temporales y con un plazo de diez años. Por eso creo que es posible que la estructura en la que están situadas ahora mismo no sea permanente. Puede haber nuevas fusiones y absorciones de las ahora fusionadas.

     Ante este panorama me viene a la cabeza una frase que se utiliza en el argot de los mercados financieros. La frase es “poda de ramas”, o séase, que a partir de ahora comenzarán a eliminarse oficinas que coinciden de varias entidades en una misma plaza, reducir servicios centrales porque se van a unificar en uno solo, diseñar nuevas estrategias y su consecuencia más lacerante será la disminución de las plantillas de personal.

     Según los datos que he podido manejar, en el año 2008 el número de oficinas de cajas de ahorros eran unas 25.000 y actualmente son alrededor de 22.000; el número de empleados en 2008 eran 135.000 y en la actualidad alrededor de 122.000. En sólo tres años de ligera reestructuración éste ha sido el resultado y, tal como se vayan materializando las nuevas reestructuraciones, según fuentes del FROB, Banco de España y la Unión Europea, es posible que para los próximos tres años haya reducciones parecidas.

     Dicho de otro modo, la “poda de ramas” puede que alcance más del 20% de la plantilla de empleados de las cajas y de sus oficinas.