Cuando marcho circulando
por modernas autovías,
lo hago con alegría
y relajado me siento.
A veces hasta me olvido
del resto de conductores,
sin enterarme, señores,
de que corro gran peligro.
Mas, despierto y espabilo
cuando hay que adelantar
y ahí me suelo encontrar
alerta, despierto y vivo.
Lo hago con prontitud,
aumento velocidad,
aunque límites pasar
nunca será mi virtud.
|
Y tan pronto como puedo
me vuelvo al carril derecho,
mas no sé si está bien hecho,
o seguir en el izquierdo.
No tengo claras las normas
que de tal modo lo mandan
y aunque caso no les haga
creo que es la mejor forma.
Al adelantar peligra
los límites traspasar
y además está el radar
que me puede dar el día.
Y nunca debo llevar
velocidad excesiva
y precaución infinita
siempre deberé observar.
|
Y existen otros peligros
para adoptar precaución
y prestar mucha atención,
pues el riesgo va conmigo,
ya sea por la derecha,
por donde circular debo,
como en adelantamientos
en que he de ir por la izquierda.
Y muchas veces me asusta
y la duda me domina,
mas viajar por autovía,
a mí, con pasión, me gusta.
Y aunque sea complicado
circular con corrección
y muchísima atención,
la autovía es de mi agrado.
|