A las 9 de la mañana, con puntualidad prusiana salimos cuarenta y ocho asociados dispuestos –como siempre– a pasar unos días lo más relajados posible. Tras la obligada “parada técnica” de rigor, llegamos a mediodía al Hotel Juan Montiel ubicado en una situación inmejorable en pleno paseo de la playa de Águilas.

     Tras el alojamiento, donde pudimos comprobar la situación del hotel a orillas del mar y sus magníficas instalaciones, acompañados de un día climáticamente perfecto –temperatura suave y excelente luminosidad– degustamos una comida de calidad y, tras un breve descanso, nos dirigimos a Mazarrón con visita previa a la primitiva localidad ubicada a orillas del mar, antaño casas de pescadores y hoy convertida en el clásico pueblo turístico mediterráneo.

     Afortunadamente aún conserva vestigios de su pasado, sobre todo un magnífico tesoro arqueológico, único según consta, de los restos de un barco fenicio naufragado allí mismo hace unos 2.500 años, y cuya historia y pormenores pudimos escuchar en el audiovisual del Centro de Interpretación.

     Tras una visita panorámica a las Erosiones de Bolnuevo, peculiar paisaje en el que la erosión del viento y agua ha moldeado de forma caprichosa las rocas, marchamos a visitar la localidad actual de Mazarrón. Los yacimientos de plata, plomo y hierro, ya atrajeron desde la antigüedad a fenicios, cartagineses y romanos, que marcaron para siempre las características mineras de estas tierras, si bien es en los siglos XVIII, XIX y principios del XX cuando esta actividad minera alcanzó su mayor esplendor, fruto del cual son algunas construcciones señoriales entre las que destaca su magnífico edificio del Ayuntamiento. Vuelta al hotel y, tras comprobar que no nos ha tocado el extra 11.11.11. de la ONCE, ¡¡a dormir!!

     Al día siguiente y cumpliendo escrupulosamente el horario previsto llegamos a Almería e iniciamos, acompañados del guía, la visita turística, empezando por la plaza del ayuntamiento con el monumento a los Héroes Liberales que se enfrentaron en agosto de 1824 al déspota y felón rey Fernando VII, aquél que dijo…“marchemos todos juntos por la senda constitucional y yo el primero…”  para luego dedicarse en su desgraciadamente largo reinado a aplastar el germen de libertad nacido en la Constitución de Cádiz de 1812, “La Pepa”;  “La Alcazaba”, que junto al Generalife de Granada es la mayor y mejor conservada fortaleza árabe de España. Evocar lo que debió ser esta fortaleza-palacio, jardines-residencia de los reyes árabes y disfrutar de sus magníficas vistas de la ciudad nos ocupó un par de horas. Seguimos a la Catedral (siglo XVI) y cambiando “de tercio” paseo por tascas y bares para disfrutar del tapeo característico de esta ciudad y toda Andalucía.

     Excelente comida, tanto por el lugar elegido como los ingredientes, relajado paseo, café y copa por la principal avenida de la ciudad El Paseo de Almería y vuelta al hotel, donde antes de cenar los más deportistas tuvieron tiempo de recorrer el paseo marítimo. Durante la cena, nos enteramos que España pierde en fútbol ante la pérfida Albión, pierde el Hércules en casa ante su rival regional, el Murcia. Ante tamaños desastres futboleros, sólo nos queda el consuelo de una partidita de dominó, cartas, o una distendida conversación en la terraza del hotel disfrutando de la romántica luna llena reflejándose en el mar y rodeado de buenos amigos.

     Al día siguiente visitamos Mojácar, uno de los pueblos símbolo turístico nacional de Almería. Por el camino podemos contemplar en toda su crudeza los perversos efectos de la crisis del ladrillo; urbanizaciones fantasmas en medio de la nada, viales, parques, jardines a medio terminar y sin edificios. Avistamos la población destacándose por su blancura cubriendo el cerro donde se asienta, mirador excepcional en todas direcciones, lo que siempre le dio una gran importancia estratégica. De la mano de Pepe, un guía excepcional, descubrimos todos sus pormenores, historia, etnografía, leyendas, especialmente aquella que la sitúa como lugar de nacimiento del genio universal de los dibujos animados Walt Disney; recorremos el Mirador de la Plaza, Iglesia, Ayuntamiento, Puerta de la Almedina, etc. Y ¡cómo no!, tiempo libre para pequeñas compras/recuerdo.

     A la vuelta, continuamos bordeando la costa por la antigua carretera nacional hacia Garrucha para tomar el clásico aperitivo local de cerveza y pescaito frito, regreso al hotel, comida y siesta o partida y salida para Águilas; dado que la distancia que nos separa es pequeña (2 Km.) los más deportistas la hacen a pie y paso de marcha. Tras recorrer el centro y su espléndido paseo marítimo, regreso y cena en el hotel.

     Y llega el regreso, con parada en Cartagena donde dedicamos la mañana a disfrutar un agradable e instructivo recorrido por esta ciudad que ha sabido recuperar últimamente su gran pasado arqueológico y monumental, tanto en sus vestigios cartagineses y romanos (anfiteatro), como en sus edificaciones civiles de los siglos  XVIII, XIX y principios del XX (Ayuntamiento, Casino, Casa Cervantes, Gran Hotel, Edificio Maestre, etc.). Último aperitivo previo a otro agradable almuerzo y salida hacia Alicante.

     En resumen, un nuevo viaje de Jubicam donde todos los componentes del mismo (compañeros, alojamiento, gastronomía, guías y chófer) nos hemos compenetrado muy bien y conseguido un excelente resultado. Asimismo, es de justicia reconocer la impecable labor del responsable del grupo Rafael Sánchez para que todo funcionara de maravilla.

Fotografías: Pepe Barberá