Índice de Documentos > Boletines > Boletín Enero 2012
 

SIEMPRE QUE HACEMOS ALGO LO HACEMOS POR PRIMERA VEZ

(por Matías Mengual)

Matías Mengual


“No enseñamos a nuestros estudiantes lo suficiente sobre el contenido intelectual de los experimentos… ni su novedad, ni su capacidad de abrir nuevos campos. Mi punto de vista es que nos tomamos estas cosas de manera individualista, particular. Se realiza un experimento porque nuestra filosofía personal hace que deseemos conocer el resultado. Quizá olvidamos que todo es demasiado duro y la vida demasiado corta para pasar el tiempo haciendo algo simplemente porque alguien nos dice que es importante. Lo importante es sentir íntimamente lo que se está haciendo”. (Isidor Isaac Rabi, Premio Nobel de Física 1944)

Si lo esencial del título de hoy es el conocimiento reflexivo de poder hacer siempre algo especial, novedoso o creativo, puedo asegurar que sólo he conseguido tal satisfacción pintando, y no siempre. Lo intenté inútilmente haciendo la cama, claro que con la forzada atención que requiere un propósito ad hoc, pero no me satisfizo. Por tanto, la cuestión que planteo es: ¿Alcanzaríamos conciencia de estar haciendo algo con el mismo entusiasmo que cuando hicimos cosas nuevas si, habiendo probabilidades, uno llega a creer que tendrá realidad lo que decida crear?

Más maravilloso que creer que será realidad todo lo que hagas es lo de Newton: “Si un objeto se está moviendo en línea recta, continuará moviéndose en línea recta hasta que actúe sobre él cualquier otra fuerza. Toda acción será acompañada de una reacción igual y opuesta”. Trescientos años después vimos por televisión ese experimento en una nave espacial. Sabido es que la tesis de Newton era que la misma fuerza que hacía caer a las manzanas mantenía a la Luna en torno a la Tierra y a los planetas girando en torno al Sol. Y consiguió que lo que hasta entonces habían sido los poderes de los dioses, o de Dios, pasara a entrar de lleno en el campo de los conocimientos comprensibles a los mortales. Admirable.

Contrariamente a la física de Newton, la física cuántica, que no tiene nada que ver con la newtoniana, nos dice que el conocimiento de lo que gobierna los acontecimientos a nivel subatómico no es ni aproximadamente lo que presumíamos sería. Lo único que podemos hacer es predecir sus probabilidades. O sea, con Newton conocíamos las leyes que gobiernan determinados fenómenos y tienen el poder inherente que da su comprensión; pese a todo sentimos impotencia frente a la Gran Máquina que es el Universo. En cambio, con la mecánica cuántica estamos limitados al conocimiento de las probabilidades solamente, lo cual no es poco, ya que conduce a la posibilidad de que nuestra realidad sea la que decidamos crearnos. Sorteando probabilidades al menos. Admirable nos resultará también. Ya veréis.

Volver