Índice de Documentos > Boletines > Boletín Octubre/Noviembre 2012
 
______________________________ 

La Ciencia Económica y
la Mejora de la Calidad de la Enseñanza

Vicente Llopis Pastor ____________________

 

 

 

 

Parece indudable la importancia de la ciencia económica para explicar, razonar y entender la evolución de la historia de la civilización. Precisamente los fundamentos de la Economía son el estudio de la forma de satisfacer las necesidades humanas por medio de recursos escasos susceptibles de usos alternativos. La trascendencia de la economía en la sociedad es totalmente definitoria.

     Así se ha entendido a lo largo del tiempo y los países más desarrollados son los que prestan atención dentro de sus sistemas educativos a los conceptos económicos que deben entender sus estudiantes, independientemente de cualquier tipo de actividad profesional a la que se vayan a dedicar. Así ocurre en los anglosajones y nórdicos, que se sitúan a la cabeza del desarrollo económico.

     El profesional del futuro, cualquiera que sea la actividad a la que opte, necesitará de una preparación en gestión económica, contabilidad y finanzas, por las obvias razones de que va a actuar en la llamada “economía liberal de mercado” que es el pensamiento y la praxis imperantes a nivel mundial. Instituciones como la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), Unión Europea (UE) y múltiples organismos internacionales aconsejan que la formación económica esté presente en la enseñanza secundaria de los sistemas educativos de todos los países.

     España si quiere modernizarse y crear su propio desarrollo económico ha de preocuparse de este tipo de formación en la Enseñanza Secundaria Obligatoria (ESO) y en el Bachillerato, indistintamente del tipo de carrera universitaria a la que se incorpore el estudiante en su posterior enseñanza superior.

    Creo que nuestro país no ha establecido unos adecuados parámetros formativos en la enseñanza y divulgación de la Economía. Y así nos va, con una crisis económica acentuada; una tasa de desempleo elevadísima; un insoportable paro juvenil; unas expectativas de recesión económica en los próximos años; una situación de nuestro Producto Interior Bruto (PIB) que de computarse como el octavo del mundo en el año 2007 vamos a ser el número dieciséis dentro de poco y nos van a superar países emergentes como Corea del Sur, México, Indonesia, Brasil y otros muchos; todo ello según las proyecciones efectuadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI).

     En resumen, la economía es básica para entender los fundamentos de la civilización. Hay que comprenderla para poder tener una adecuada calidad formativa en los ciudadanos. Y no quisiera extenderme, pero como muestra está la alta consideración de esta ciencia con la creación de los Premios Nobel de Economía; las Olimpiadas de Economía que se celebran en España entre los estudiantes de Bachillerato; la necesidad del cálculo y medida de magnitudes sociales; las estadísticas que sirven para comparar la realidad circundante; la apreciación de la lengua inglesa como idioma internacional por razones precisamente económicas; la importancia que los medios de comunicación social dedican a la economía y el continuo uso y manejo de conceptos económicos para definir situaciones. En fin, “multa paucis” (mucho en pocas palabras) es lo que deseo transmitir al lector.

     ¿Y por qué digo esto? Pues porque se ha conocido el Anteproyecto de Ley de Mejora de la Calidad Educativa que prepara el Gobierno español y en el que, entre otras cuestiones, hace desaparecer la asignatura de Economía en el primer curso del Bachillerato de Ciencias Sociales; reduce las materias de Economía y Gestión Empresarial a una consideración de marginales y solamente optativas en los planes de estudio; minusvalora la Economía como parte importante de las Ciencias Sociales; no la acepta con la consideración que merece y, consecuentemente, no asume la creación de Departamentos de Economía que engloben al profesorado que imparta sus materias, relegando el ejercicio de esta enseñanza a educadores que, tal vez, no tengan la adecuada calidad para impartirlas.

     El Consejo General de Colegios de Economistas de España (CGCEE); la Organización de Economistas de la Educación (OEE); los treinta y tres Colegios Oficiales de Economistas existentes en España y otros organismos paralelos claman su grito ante este Anteproyecto de Ley que va a reducir la capacidad intelectiva de los jóvenes españoles de hoy ante los hechos y circunstancias en los que se van a encontrar en su futuro quehacer profesional.

     Termino con la expresión “homo oeconomicus” (hombre económico) por la que, según la sociología contemporánea, nuestra vida siempre se ve condicionada por el sistema económico imperante.

Publicado en: El Diario La Verdad, el 19 de octubre de 2012  y Diario Información, el  21 de octubre de 2012.

Volver