He vivido sin caer en la cuenta, hasta hoy,
de la fortuna que la vida me depara ;
de que todo lo que tengo y ahora soy,
sin el amor no vale nada.
Me fijo ahora en los pequeños detalles;
en los niños, en las nubes, en el agua
y, cuando voy vagando por las calles,
disfruto de emociones que me embargan.
Cada día me ofrece algo nuevo
y, aunque a veces es el dolor lo que destaca,
percibo el amor, que viene luego
aliviando el dolor, también mi alma.
Así, es el tiempo ese aliado
que añade horas a mi vida,
alejando por entero de mi lado
los temores que antaño me vencían.
Libre, al fin; de la vida enamorado,
reparto el amor que, así, me ayuda
a tener más amor acumulado.
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