OÍR O ESCUCHAR: Aquel orador se sentía satisfecho porque su discurso lo oyeron muchísimas personas. Lástima que solo unas pocas lo escucharan.
AFILADOR PÍCARO: Un pícaro afilador vio mermados sus beneficios por culpa del bulo de que su presencia auguraba días de viento y frío. Entonces amplió su oferta vendiendo también abrigos y mantas.
CUESTIÓN DE AVARICIA: Un comerciante avispado pretendió comprar su vino a un agricultor, con pago aplazado. El labrador no aceptó, porque, si aceptaba, durante un cierto tiempo no tendría vino ni dinero. Y, según decía, como no era avaricioso, pretendía poseer solo una de ambas cosas.
DIÁLOGOS PARA BESUGOS: Sabía que los peces no hablan. Sin embargo, su dialéctica confusa y su escasa capacidad dialogante hacían que los suyos fueran siempre “diálogos para besugos”.