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______________________________ Crónicas Viajeras

Excursión  a Denia
Un paseo por la Marina Alta

Francisco Navarro Balsalobre ____________________

 

 

 

 

El pasado 17 de enero, iniciamos el primero de los viajes del presente año efectuando una excursión de un día a Denia y Jávea. La verdad que las previsiones meteorológicas no eran muy halagüeñas, amenaza de lluvia, frío y sobre todo mucho viento; sin embargo, a medida que nos acercábamos al destino el tiempo se estabilizó agradablemente luciendo un sol espléndido con escaso viento.

   

     Personalmente he de confesar que soy un enamorado de esta comarca, su cielo, sus paisajes, sus gentes, su gastronomía, ese pasado musulmán que constantemente nos recuerdan sus pozos, acequias, alquerías, el cultivo de sus campos, etc. Salimos de la autopista y avistamos Denia, situada junto al mar con su castillo a la izquierda y la mole del Montgó y cabo de San Antonio a la derecha –la porción de costa más meridional de la península ibérica-.

    

     Si importante fue su pasado romano –Dianium-, no menor fue su esplendor en la época andalusí -Daniya- como capital del  reino de taifa que abarcaba incluso las islas Baleares. Iniciamos el recorrido de la ciudad partiendo de su puerto; ese mismo puerto que en 1609 cumpliendo la real orden de Felipe III aconsejada por su valido el Duque de Lerma, vio partir hacia el destierro en Berbería entre un mar de lamentos, sollozos, iniquidades, y únicamente ¡con lo puesto! como diría un castizo, a más de 25.000 moriscos - legítimos habitantes de estas tierras que las habían trabajado y cultivado desde hacía más de ochocientos años -; por un momento cerré los ojos e intenté imaginarme aquel drama.

    

     Recorrimos las calles que bajan del castillo que evocan su pasado árabe, visitamos la iglesia de San Antonio del siglo XVII, el Museo del Juguete ubicado en la remodelada antigua estación, donde se expone una muestra de la industria del juguete desde 1904 a 1960, y que sustituyó al comercio de la “uva pasa” tras la terrible epidemia de la filoxera a finales del siglo XIX que acabó con la vid en toda Europa, excepto en las riberas del Rhin; a partir de 1960 se inició su despegue turístico, según nos contó el guía como consecuencia del rodaje de una película de piratas y que protagonizó –entre otros- Mia Farrow, en cuyo recuerdo se instaló recientemente una simpática estatua metálica de tamaño natural de un pirata de Play Móvil.

   

     Seguimos por la magnífica arboleda de la avenida Marqués de Campo hacia el Ayuntamiento del siglo XIX, y tras un reparador refrigerio en una típica bodega de los años 40 (Vinos-Licores y Vermuts) nos dirigimos, ya en el autobús, hacia Jávea por la playa de Les Rotes subiendo el Montgó, con parada en el mirador del faro San Antonio para contemplar la espectacular vista de la bahía de Jávea con el peñón de Ifach al fondo.

  

     La denominación Jávea, parece proveniente del árabe Xábiga que significaba pozo o aljibe, por la gran cantidad de pozos que habían debido a la abundancia de aguas subterráneas. Junto al puerto visitamos la iglesia de la Virgen de Loreto de construcción moderna –años 60- y donde una placa recuerda a uno de sus benefactores: Mariano Navarro Rubio, que fue Ministro de Hacienda y Gobernador del Banco de España, cargo del que dimitió por su presunta implicación en el caso “Matesa”. La característica principal de la iglesia, es el techo de madera simulando la quilla de un barco y las columnas externas los tentáculos de un pulpo.

  

     Tras un nuevo refrigerio disfrutando del sol de enero junto al puerto, marchamos en el autobús hacia Teulada donde comimos, y a continuación iniciamos el regreso a casa.

 

     Desde aquí mi felicitación a la Vocalía de Viajes, por la recuperación de estas agradables rutas o viajes de un día, que anteriormente organizaba y subvencionaba en parte Medymed.
 

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