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  - ADIOS, AMIGO RAFAEL
 
Eran los primeros años de la década de los setenta, cuando conocí a esa entrañable y querida persona llamada RAFAEL SOLER ESPÍ, en los torneos de fútbol intercajas donde participaban las entonces Caja del Sureste, Caja de Novelda, Caja de Monserrate, Caja de Ahorros Provincial de Alicante, junto a otras de la Comunidad Valenciana. Rivalidad deportiva y una amistad creciente que fue a desembocar, años después, al acontecimiento más insospechado: la fusión de nuestras Cajas.

Aquella circunstancia, principios del año 1975, todavía pendientes de las respectivas firmas para constituir oficialmente la Caja de Ahorros de Alicante y Murcia, por voluntad de nuestro querido Director, D. Francisco Oliver Narbona (q.e.p.d.), se creó un equipo de fútbol extraordinario que aglutinó lo mejor de cada una de las plantillas de cada Caja. Temo olvidar algún nombre: Escribano, Vicente Botella, Fabra, Moreno Clares, Díez Guilabert, Sánchez Pujalte, José Mª Pina, Nicora, Vicente Pérez, Torres, A. Botella, Lidón, J. Galipienso, M. Segura…que consiguieron ser tres veces campeones de España.

Todo un lujo de equipo de fútbol, prácticamente todos jugaban en segunda y tercera división, en el que tuve la suerte de compartir la responsabilidad como Delegados con Rafael Soler, acompañados, como entrenador, por Miguel Asensi, paseando el buen nombre de nuestra Caja por toda España. Triunfos sonados, en Córdoba, Bilbao, Vigo, Zaragoza, Madrid, Valencia etc., recuerdo que hoy me sirve de bálsamo ante la irreparable pérdida de un hombre bueno, un hombre afable…. y un hombre amigo.

No resulta fácil escribir el adiós a un amigo. Un inesperado y mortal accidente ha puesto fin a su vida. Quedarán en el perfil de su vida, como hitos señeros en un orden de cosas, su marcada personalidad; jamás se dejó vencer por el desánimo ni el cansancio. Absolutamente desinteresado, evidenciaba en todas su actividades una generosa entrega hacia los demás. Cuántas veces me decía: “amigo Antonio, en ocasiones se sufren ingratitudes e incomprensiones, pero eso forma parte irrenunciable del tributo que hemos de pagar quienes asumimos responsabilidades de forma altruista.

Hoy, Domingo de Resurrección, se me ha ido, injustamente, un amigo, porque arrancamos juntos del tronco de una buena amistad y un respeto cuajado de años, meses y muchos días de compartir una misma responsabilidad. Amigo Rafael, has sido un ejemplo de entusiasmo, humanidad, generosidad y hombría de bien. Hoy, parafraseando a mi paisano, el inmortal poeta oriolano Miguel Hernández te diría:
“...se me ha muerto como el rayo Rafael Soler, con quien tanto quería. Un manotazo duro, un golpe helado, un hachazo invisible y homicida, un empujón brutal te ha derribado…..”.

Sé que siempre se dicen estas cosas de los que como tú, nos han dejado. Pero como dijo un filósofo: “Hacer bien el bien”. Y, eso, tú lo hiciste, ¡vaya si lo hiciste! ¡lo hiciste como nadie! Hoy, tú, Rafael, te has ido del paisaje mutuo. Todos estamos de luto. Todos entristecidos. Nuestros ojos, los que te queremos, convertimos en Abril tu ausencia para que las lágrimas se hagan lluvia esperanzada de primavera. Siempre es bueno llorar lo que se ha querido para, muriendo en su muerte, convertirlo en el Lázaro de lo que nos va quedando de vida.

Todo puede parecer elogios de momentos de tristeza. Escribo con el alma más que con otra cosa. Y esto es lo único que me sale hoy, mi familia sufre con vuestra pena. Tú y tu familia, absurdamente destrozados…. Querida Conchita……sólo me atrevo decirte que Dios es misericordioso. Rafael, a mi Cristo de la Buena Muerte le pido que nos dé fuerzas a todos para soportar tu ausencia y te dé la eternidad que Dios concede a los que como tú dedicaste todo tu esfuerzo por la causa suprema del BIEN COMUN.
Descansa en paz.

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