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  - UN MUNDO FELIZ
 
Ni siquiera Aldous Huxley hubiera soñado una realidad como la que narra un reportaje del que entresaco estos párrafos:

“En Palo Alto, California, existe una comunidad donde los residentes desayunan en grupo en cualquiera de los tres restaurantes del complejo, comentando las noticias de los diarios internacionales.
Proceden a practicar algún deporte, que va desde largas caminatas por los jardines hasta intensos partidos de tenis. A continuación, toman alguno de los seminarios que la cercana Universidad de Stanford brinda especialmente para ellos en el campus.
Comen comida internacional elaborada por chefs y nutriólogos que garantizan sabor y salud. Se retiran a sus habitaciones para estudiar, descansar y prepararse para el cóctel diario que se ofrece antes de la cena.
Solo hay que tener más de 55 años y el dinero suficiente para pagar la membresía.

Se trata de conjuntos residenciales que están proliferando en Estados Unidos: destinados a ejecutivos ya retirados, profesores universitarios o ex funcionarios públicos que no quieren ocupar una enorme casa, solos o en pareja, y que pretenden conservar el estilo de vida que han llevado siempre.

Pebble Creek, en Arizona, es una con más opciones en el ámbito deportivo. Se encuentra a unos 30 kilómetros de Phoenix, y cuenta con alberca de medidas olímpicas, canchas de tenis y campo de golf.
Posee un salón de juegos con mesas de billar, tableros de ajedrez, damas y juegos de cartas.
Tiene una enorme área con jardines en los que se imparten clases de yoga y tai chi; muchos de sus habitantes corren alrededor todas las mañanas.
Tiene también un teatro con instalaciones de alto nivel tecnológico donde se imparten clases de actuación y danza, se dan funciones con los participantes y se ofrecen representaciones profesionales.

Valencia Shores, en Florida, cuenta con unas 600 residencias (pequeñas casas) para adultos independientes.
El estilo mediterráneo de su arquitectura (techos altísimos, enormes salones con columnas, ventanales con vistas que quitan el aliento) lo hicieron tan popular que todas las casas están vendidas.
A lo largo de la propiedad los arquitectos se encargaron de crear lagos artificiales, con lo que obtienen un efecto estético y una refrescante brisa hacia las casas.
Cuenta con actividades deportivas y recreativas, además de un impresionante centro de negocios para que los que continúan activos en el ámbito profesional, trabajen desde su hogar.

The Gatesworth, en San Luis Missouri, está ocupada básicamente por ex-profesores de la universidad local.
Posee un auditorio con más de 100 butacas en el que se proyectan películas (de arte o comerciales), por lo menos una vez al día y funciones de teatro una vez a la semana.
Los residentes tienen derecho a usar una de las diez limusinas de la comunidad para trasladarse fuera y entre los servicios que brindan hay personas que pasean a los perros, hacen las compras o lavan los autos, y algunos residentes disponen de mayordomo particular.
Además, se organizan viajes a todas partes del mundo para quienes decidan hacerlo en grupo.
Las cuotas se encuentran entre las más baratas de las residencias de lujo: van de los 1.300 a los 8.000 dólares al mes.

Para aquellos con gustos más urbanos, este año se abrirá la torre Clare at Water, en Chicago, un complejo con 251 apartamentos con servicios de primer nivel, además de centro de negocios, gimnasio, piscinas, terraza en el techo, salón de fiestas, sala de conciertos y transporte disponible las 24 horas del día para visitar la ciudad.
Un edificio inteligente con las comodidades que ofrece la alta tecnología y una vista impresionante de la ciudad. Los departamentos (más los servicios) cuestan entre 500.000 y un millón de dólares”.

Tendremos que aprender -mucho- de los americanos.

 

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