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ALICANTE, EN RAFAEL CAMPOS VASALLO
 
Nacido en Alicante el 24 de octubre de 1849, la poética de Rafael Campos Vasallo se formó en el tránsito del romanticismo al realismo signado por las nuevas formas líricas de Zorrilla, por los vuelos filosóficos de Campoamor y por los intimistas de Bécquer, a cuyos elementos estéticos debemos añadir el profundo alicantinismo que alumbró su espíritu.

Tales tendencias se manifiestan en su volumen MI ÁLBUM y se completan con el profundo humanismo que se patentiza en el poema AL TRABAJO, galardonado en el certamen que celebró el Casino de Alicante en 20 de agosto de 1894, donde leemos que “por tu esfuerzo gigante se levanta/ cuanto el hombre ambiciona y le engrandece”, y con el fino sentimentalismo del soneto EL LUNAR DE TU GARGANTE, líricamente cantado como “imperceptible mariposa en el cáliz de cándida azucena”

Pero la singularísima importancia de su poesía radica en el fervoroso alicantinismo de su alma, según hemos dicho, para el que, como destacó Milego, tuvo Rafael Campos Vasallo “sus mayores ardimientos y quizá por el amor a la millor terreta del mon hubo de renunciar a más altos puestos en la capital de España”.

A la luz de este horizonte brilla, resuena y seduce su oda Alicante laureada en el Certamen literario que se celebró en nuestra capital el 8 de mayo de 1876 y en la que la ciudad aparece como “centro de luz, de aromas y de colores” y “madre amorosa que en el triste suelo vuelves al alma su ilusión perdida”.

En este gran poema, que se inicia con invocaciones a su infancia, el poeta canta del siguiente modo las hermosuras de su cuna:

“¡Cuán bella está! La luz de la alborada
le sonríe al nacer, y, silenciosa,
le presta su blancura nacarada
la bruma, que la envuelve vaporosa,
la dulce brisa que las flores mece
su casta frente orea,
y el ángel de la aurora que aparece
sobre el monte do el día resplandece
exclama si la ve: ¡bendita sea!”

Y el poeta, embriagado de belleza y de amor, rinde su tributo de admiración a las mujeres alicantinas, “ángeles de luz”, glosa la historia de la ciudad, la palabra se exalta ante el mar y el poema se cierra con estos versos: “¡Bendito el pueblo que guardó clemente/ cuanto adora el cantor sobre la tierra!”.

Rafael Campos Vasallo, catedrático de la Escuela de Comercio y Secretario de la Sociedad Económica de Amigos del País, falleció en Alicante el 20 de septiembre de 1902.

 

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