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LA “ANDOLOGÍA”

 

“…vi venir a un galancete que pisaba de punta.”  (El Lazarillo de Tormes)

 

José Miguel Quiles

 

Tanto la “bioenergética” en la cultura occidental, como la antigua sabiduría hindú relacionan el carácter de la persona con su estructura física y consideran que los movimientos del cuerpo son una prolongación del estado de la mente. Podríamos deducir el carácter de una persona por su manera de vestir, de andar, de sonreír, de enarcar las cejas, de hablar, de mover las manos, de usar unos determinados modismos en su lenguaje, etc. La “andología” (derivada de la psicología) sería la ciencia que estudiara los rasgos del carácter de un individuo por su forma de andar; andando estamos poniendo en movimiento todos los resortes de nuestra estructura física de una manera involuntaria, permitiendo por tanto una libre comunicación cuerpo-mente.

 

Y así, un hombre que camina con amplio movimiento de brazos, mirada lejana, barbilla ligeramente empinada y la punta de los pies hacia fuera, es un individuo seguro de sí, dominador, un poco altivo… esta es la respuesta inconsciente e inevitable de su cuerpo a un estado constante de su psique. Por el contrario, el que camina algo encorvado, con los músculos rígidos, con las puntas de los pies hacia dentro, es un hombre nervioso, inseguro, tal vez débil de carácter. Los que andan posando la punta del pié -caso del personaje del “Lazarillo de Tormes”-, son soñadores, con talento artístico, presumidos. Un hombre bajito, generalmente, camina más rápido que un hombre alto y no es por el menor radio motor de sus piernas, sino por un secreto afán igualitario de su psique que le hace, sin intervención de su voluntad, andar con más rapidez.

 

La estructura física de la persona revela también de manera un tanto generalizada los rasgos del carácter. El individuo con torso de tonel y piernas delgadas es un individuo de acción, extrovertido. Al contrario, el sexo femenino es, generalmente, más ancho de la parte media inferior y demuestra con esta forma física una tendencia psíquica a lo sedentario, al hogar, más realista que idealista. Un estudio reveló que las piernas duras y delgadas eran comunes en los “triunfadores” y en efecto este tipo de estructura se da en las personas ambiciosas y egoístas.

 

El estado emocional tiene igualmente su representación en la forma de andar. Dice Stefan Zweig: “camina de muy peculiar manera el hombre que sabe que lleva consigo la alegría…”. Es fácilmente comprobable que cuando una mujer está alterada emocionalmente mueve con más energía el culo al caminar. Este hecho tiene más explicación: según la antigua sabiduría oriental: esta región marca la base del primer “chacra” -según el yoga tántrico Kundalini- que, ubicado en la parte inferior de la columna, encima del ano, recoge la influencia de los músculos abdominales, sacrolumbares y glúteos y los comunica por medio de la columna vertebral con el cerebro, estableciendo de forma muy directa una relación psicosomática. Al contener las emociones, se contraen los músculos, que cobran rigidez. De ahí la sensación de un movimiento enérgico de los glúteos.

 

No sería  extraño que,  algún día, para solicitar un puesto de trabajo, además de solicitar un “currículum vitae”, en la entrevista se pidiera al aspirante: “a ver… camine usted un poco, haga el favor, vaya hasta la puerta y vuelva…”

 

 

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