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HOMENAJE A MODESTOS HÉROES DEL AIRE

 PILOTOS DE HELICÓPTEROS

 

Francisco Guardiola Soler.

 

Poco conocidos son los pilotos de helicópteros civiles; es profesión muy sacrificada durante el aprendizaje y cuando ejercen su carrera. La circunstancia de que un nieto mío se prepara para ejercer esta especialidad despertó mi curiosidad e interés por detalles como los que aquí recojo.

Es caro el aprendizaje, la enseñanza es exhaustiva en teoría y en prácticas. La utilización de esos aparatos de vuelo es carísima por su precio de compra. Hay que tener una gran vocación y realizar muchas horas de vuelo pilotando sin la ayuda del profesor. Han de hablar el inglés, contar por pies la altura, por millas marinas la distancia y por nudos la velocidad. Tienen que tener fortaleza física y mental, y han de aprobar todas las asignaturas: leyes de vuelo internacionales, meteorología, física, mecánica, proyectar rutas de vuelo y una cultura general extensa.

Los trabajos a realizar son: sanidad, transporte de personas enfermas o heridas y de órganos humanos, correo, pasaje, salvamento marítimo y en la alta montaña, tráfico, vigilancia policial, apagar incendios; en época de grandes incendios suelen estar concentrados y realizar jornadas muy prolongadas, el fuego manda. Han de saber volar en formación de escuadrilla.

Sus sueldos no son altos, nada en proporción al sacrificio y trabajos que desarrollan. El período de estu-dios suele ser de tres años aunque algunos lo realizan en menos tiempo. Es gente joven que empieza a los 22 o 24 años de edad, con entrega y una vocación excepcional. El sentido de compañerismo es sincero y fuerte.

Indistintamente han de pilotar o descender por la cuerda de la grúa en misión de salvamento.

La historia del helicóptero se remonta a los planos que realizó el gran Leonardo da Vinchi y, posteriormente, al ingeniero Juan de la Cierva, que inventó el autogiro, precursor del helicóptero, aplicando un rotor y una hélice superior a un avión biplaza convencional. El actual helicóptero añade al rotor una hélice estabilizadora en la cola, y su manejo o pilotaje es distinto al del avión.

Creo que estos abnegados profesionales bien se merecen estas líneas en tributo a su ejemplar labor. Su enseñanza, en academias instaladas en aeropuertos, es controlada por el ejército del aire mediante exámenes efectuados por expertos oficiales.

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