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Yuder Pachá

 

El andaluz conquistador del Imperio Shongay

(en el Sudán del siglo XVI)

 

Cervantes

 

¿Dónde nació en realidad?

Una biografía con incógnitas

Antonio M. Quintino

 

En 1924 José Ortega y Gasset se preguntaba por qué los españoles no conocían la historia de Yuder Pachá, un andaluz de Cuevas de Almanzora que a finales del siglo XVI conquistó el antiguo Sudán , o país de los negros, que tenía en Tombuctú su capital cultural. El ilustre pensador comparaba la hazaña del cuevano con las de Hernán Cortés y Pizarro en América.

Yuder Pachá nace en las Cuevas del Marqués, hoy Cuevas de Almanzora en la provincia de Almería, en una fecha indeterminada entre los años 1555 a 1562, en los prolegómenos de la segunda rebelión de los moriscos iniciada en las navidades de 1568

Son años en los que hay una relativa tolerancia religiosa de los cristianos viejos hacia los moriscos, cristianos nuevos que se vieron obligados a bautizarse hacia 1500 por el intransigente Cisneros, y son muchos los que prefieren abandonar la tierra andaluza para irse al norte africano.

En este contexto histórico nacería Yuder Pachá en las Cuevas, una de la villas principales del marqués de los Vélez. Parece ser que era de baja estatura, con ojos azules y dotado de notables habilidades diplomáticas y militares. Igualmente parece probado que se le castró siendo niño, pues los eunucos eran muy apreciados en las cortes acogedoras de esclavos.

No existe acuerdo de cuando Yuder Pachá se traslada de Cuevas al norte africano. Una de las versiones, quizás la más romántica, sitúa la partida tras la expulsión de los moriscos. Y otra en una de las incursiones o razias de los piratas .

A lo largo del trayecto desde Cuevas hasta Vélez-Málaga, donde embarcaría, se muestra contundente el liderazgo de Yuder Pachá, siendo capaz de aglutinar un contingente tan heterogéneo de desposeídos y errantes andaluces en una especie de ejército que, una vez en África, se pone a disposición del Sultán de Marrakech.

El 13 de Febrero de 1591 el reducido ejército de Yu- der libra su primera batalla , cerca de Tondibi, contra el monarca songhay, el Askia Ishak II, que, a pesar de que tenía un ejército mucho más numeroso, es derrotado por el general cuevano, inclinando la balanza hacia el lado marroquí e iniciando en este momento la conquista de la Curva del Níger. Yuder se establece en Tombuctú , a la que convierte en la capital del pachalato.

Al-Mansur  le ordena que regrese a Marrakech en ju-lio de 1598. Sus últimos años en Marrakech son agita-dos, y muere en 1603. Seguramente su cuerpo esté ente-rrado entre alguna de las tumbas de la familia real Said, en el palacio Al Badi, familia a la que estuvo tan ligado.

 

Francisco Guardiola

 

¿Dice siempre la historia la verdad?

 

         Siempre hemos creído, por lo que nos cuenta la historia, que nació en Alcalá de Henares en 1547 y murió en Madrid en 1616; que era hijo de un modesto cirujano y que estudió en Madrid y Sevilla.

            En 1568 marchó a Italia y regresó a España en 1575; después de siete años ausente, a su regreso tuvo muchos avatares y calamidades y una vida poco afortunada, lo que ahora no es el caso tratar.

            Poeta, dramaturgo, entremesista y príncipe e inventor de la novela, publicó en 1605 una parte del Quijote: El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, que presentaba dos personajes principales: don Alonso Quijano y Sancho Panza.

            Vamos a proceder sobre el nacimiento de don Miguel; al parecer, el investigador Jordi Bilbeny indagó sobre el lugar de nacimiento de Cervantes concluyendo que nació en Xixona, Alicante, que su apellido era Servent, y que su progenitor no fue médico como se había dicho. Don Miguel pertenecía a una poderosa familia de notarios y tesoreros al servicio de la corte catalana.

            A mí me tiene sin cuidado en qué lugar de la península ibérica nació Cervantes, el mejor escritor del mundo. A lo que vamos es que era español y un gran polígrafo, leído en el mundo entero. La versión de Bilbeny la he leído en la prensa y así lo cuento.

            Leamos El Quijote todos, nos hará mucho bien, pues es un libro que nos enseña mucho y es todo un trabajo de psicología.

            Por lo expuesto no siempre es verosímil la historia. ¿Quién conocerá la verdad?

 

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