Siempre que he estado en Burgos he visitado su hermosa catedral y la iglesia de Santa Gadea recordando la influencia que tienen estos dos templos en la vida de Rodrigo Díaz de Vivar, apodado en los reinos musulmanes de la  España medieval “el Cid” (el Señor), tratamiento que encerraba en sí, valor, generosidad y poder.

     Santa Gadea tuvo tanta importancia porque allí obligó Rodrigo al rey Alfonso VI a jurar que no había tomado parte en la muerte de su hermano Sancho II. Por este hecho, el Cid cayó en desgracia y el monarca lo envió al destierro en 1081. Había contraído matrimonio con doña Jimena en 1074. En la iglesia catedral está, sujeto el muro interior, el cofrecito de don Rodrigo. ¿Qué encerraría en su interior esta nueva Caja de Pandora? Siempre me movió la curiosidad por saberlo al verlo sujeto al muro.

     “El Cid Campeador”, figura histórico-mítica de la Reconquista (1043-1099), convertido en hombre de guerra y con una gran tropa formada en su mayor parte por musulmanes que le dieron el nombre de “Sidi”, Señor, es el protagonista del primer poema épico de la literatura castellana, compuesto por un juglar anónimo (1140) y conservado en una copia muy posterior. Es uno de los grandes  monumentos literarios de la historia.

     Unas veces al servicio de la corona de Castilla, antes de su destierro, otras mercenario de las luchas entre sí de los propios islamistas, pero siempre guerrero valiente, conquistador y muy noble con el vencido, de ahí su fama como caballero de guerra.

     Muchos monumentos hay de él por nuestra geografía: en Sevilla un cuadro famoso  representa el juramento de Santa Gadea, y son muy conocidas las esculturas de Burgos, y, por supuesto, de Valencia, ciudad conquistada por él (Valencia del Cid) y en la que murió en 1099. 

     Correos ha emitido sellos conmemorativos con motivo del IX centenario de su muerte, y el cine ha llevado a la pantalla a este personaje en diversas realizaciones, pues siempre ha sido espectacular y de gran relevancia  recordar las gestas de este paladín de nuestra Reconquista.