Desde mi nacimiento me aproximo,
inadvertidamente y sin remedio,
a ser el muerto que seré algún día.
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Desde mi nacimiento voy dejando
jirones de existencia en el camino
y juego, sin saberlo, a ser cadáver
cuando me acojo al sueño, o cuando vencen
en mí el dolor, la fiebre y la fatiga.
..
Siento un dolor agudo en las entrañas
cuando un amigo muere, y pienso entonces
que llevamos los dos el mismo rumbo
y que, tal vez, me llegue el turno pronto.
Pero olvido su ausencia y mis temores
inmerso en esta prisa que fustiga
mis ansias de llegar a ningún sitio.
..
Desde mi nacimiento se consume
el cirio aquel de la esperanza joven
que me entregó la Vida, con la llama
que, en él, prendió la Muerte al mismo tiempo.
..
Desde mi nacimiento… Yo quería,
primero ser mayor, después, ser hombre
y luego, esposo, y padre… Nunca supe
que, a cada paso, me iba aproximando
a ser el muerto que es el fin de todo.
..
Pero… ¿Es el fin de todo, o el principio?