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Manuel Gisbert Orozco

Cristobal Colón fue catalán, alcoyano o vaya usted a saber


     Ha caído en mis manos un libro que dice que “Cristòfor Colom fou català” o por lo menos ese es su título, escrito por un tal Luis Ulloa en 1927 y que ha sido reeditado en el año 2006 aprovechando el V centenario de la muerte del descubridor.

 

     Gracias a este libro el autor, de origen peruano, consiguió forrarse dando conferencias en la Cataluña de la “belle epoque” y su éxito fue tal que consiguió que le llamasen “Lluis” Ulloa como si fuese de la casa. Es adorador ver como los habitantes del  Principado catalanizan los nombres castellanos y se cabrean cuando los de la meseta hacen lo propio, y si no se lo creen que pregunten al Carod Rovira.

“De què Colom fou català, no hi ha cap dubte” es lo que asegura el autor en el prólogo de la versión catalana de su obra; por lo que uno queda predispuesto a encontrar pruebas fehacientes de tal afirmación en el resto del libro.

 

     La primera perla la suelta cuando insinúa, al compararlo con el Príncipe de Viana, que el Almirante fue apresado y cargado de cadenas por Bobadilla simplemente por el delito de existir. A primera vista esto parece una incongruencia, pero léanse la vida y desventuras del susodicho príncipe y verán como el victimismo catalán está siempre presente.

 

     A todo esto, la única prueba para apoyar su tesis  que aporta Ulloa se basa en demostrar que Colón (con n final) es la versión castellana de Colom (con m final) y que este último apellido solo podía encontrarse, durante los siglos doce al dieciséis, en Cataluña. También se encontraba en Aragón, Mallorca y Valencia, pero claro está, para el autor “esos” también son Cataluña.

 

     La familia del Almirante usó distintos apellidos hasta llegar al definitivo. Colombos y Colonne son algunos de ellos; pero el que Ulloa elige como verdadero es Colomo. Con este apellido Colón firma durante los años 1487-1488 cuatro recibos que acreditan la entrega de  catorce mil maravedíes con cargo al erario real y se supone que no emplearía un apellido falso para tal fin.

 

     El autor demuestra estar mal informado cuando afirma: “Que Colomo no era, ni és avui encara, (en 1927) un cognom espanyol, ni italià, ni de cap pais...” Porque si el apellido Colomo no ha existido nunca ¿de donde lo han sacado los que actualmente lo lucen? Solo hay que mirar la guía telefónica para comprobar que, como Teruel, ese apellido existe. Ulloa sin embargo se aprovecha de su ignorancia, y como Colomo no existe para él, le quita la “o” para convertirlo en Colom. Posteriormente emplea un capítulo para detallar los innumerables Colom que han existido hasta el definitivo en los Reinos de Aragón, Mallorca y Valencia y, cómo no, también en el principado.

 

     Hasta el Bernardo Colom de nuestra carta Pobla lo encontramos en el libro de Ulloa. Por cierto que R. Baño en su obra “Al Azraq y Alcoy” lo sustituye por un tal Guillem Colom; pero no hay que hacer mucho caso, pues es una más de las  inexactitudes que aparecen en dicho libro.

 

     Otra prueba que aporta es el escudo del almirante:” Un cap de gules (roig) i una banda azur, damunt (d´un) camp d´or”. Si solo tenemos en cuenta el “cap de gules” y el “camp d´or” se asemeja a la bandera catalana, pero si le añadimos la banda azul... ¿Sería “blavero” Colom?

 

     Otra prueba fehaciente de que Colom era catalán es que a pesar de que no se ha encontrado ningún escrito suyo en su idioma materno sí se le escapaban algunos catalanismos en sus redacciones en castellano, como calliura por calibre, linia por línea, tenen por tienen y spañola por española. No crean que son algunos ejemplos de otros más.... son los únicos que hay. Menos mal que el Lluis Ulloa no sabía que el libro de bitácora de los viajes de Colón estaba escrito en catalán (según nos informa Rafael Abad en su historia del Colón alcoyano) y que los malvados castellanos después de traducirlos al español los habían destruido. En realidad esos supuestos catalanismos no son más que errores de escritura muy frecuentes en la época. De hecho en los cuatro recibos citados anteriormente en los que aparecía el apellido Colomo el nombre del almirante, en uno era Xprobal, en otro Xproval y en los dos restantes Xpoval.

 

     El libro continúa aportando Ulloa más supuestas pruebas de la catalanidad de Cristóbal Colón; pero para mí el panfleto con el que nos obsequió Rafael Abad Segura (que nunca sé cuando escribe en serio y cuando en broma) como soporte a la participación de lotería en la navidad del 2004, y en el que trata de demostrar la naturaleza alcoyana del descubridor, resulta más convincente que el mencionado libro de Luis Ulloa.

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