Para tantos caminos recorridos
en este caminar tras mi frontera,
llevo sabor de lágrimas y tuera,
otros tantos regresos repetidos.
Para tantos enigmas, escondidos
en esta incertidumbre de mi espera,
para tanta ilusión de sementera,
llevo tantos espinos recogidos.
Llevo tanto dolor en el costado
y tantas sensaciones de agonía,
mordiendo mis entrañas, que no alcanza
mi ser, a desprenderse del pasado
ni a imaginar siquiera la alegría,
pero… ¡Llevo conmigo la esperanza!
|