pasquín. (Del it. Pasquino, nombre de una estatua en Roma, en la cual solían fijarse libelos o escritos satíricos). 1. m. Escrito anónimo que se fija en sitio público, con expresiones satíricas contra el Gobierno o contra una persona particular o corporación determinada.

Hay distintas versiones de dónde procede este término. Por una parte, se asegura que antiguamente hubo en Roma un zapatero llamado Pasquín o Pasquino, célebre por sus dichos picantes y graciosos cuya tienda era el puesto de reunión de muchos desocupados, que como Pasquín se entretenían diciendo burlas o sarcasmos a quienes pasaban por allí o aplicándolos a los sucesos contemporáneos. Después de la muerte de este zapatero, recomponiendo su calle, hallaron el tronco de una estatua antigua que colocaron en la misma plaza en que había sido hallada, delante de la tienda de Pasquín y el pueblo le dio el nombre del difunto. Desde entonces, se asegura,  comenzaron a fijarse en esta estatua las sátiras que se componían, suponiendo las más de las veces que hablaba en ellas el mismo Pasquín.

Otra versión informa que el tal Pasquino fue un gladiador muy popular en Roma y que cuando murió, el gobierno erigió una estatua en su honor. En alguna época se hizo costumbre que la gente, de manera anónima, fijara escritos denigrantes, infamatorios o satíricos en el pedestal de dicha estatua.

En todo caso, parece constatarse que uno de los atributos del pasquín –aunque en mi juventud se utilizara como sinónimo de cartel- es el anonimato del mensajero, ya que nadie se hace responsable de lo que se dice. Algo parecido acontece con el tratamiento que en los medios de comunicación, generalizando desde luego, hacen informativa y publicitariamente con el colectivo de jubilados, longevos, viejos, mayores, tercera edad o cómo se nos quiera encasillar.

La estatua de mármol blanco de esta historia está colocada en un ángulo del palacio Orsini, y yo la he visto y leído sus pasquines; y no es menos cierto que las réplicas, cuando era el caso, aparecían en otra estatua cerca del Capitolio llamada Masforio.

Tenemos, ahora, en abril, convocado por Jubicam y la Universidad de Alicante, con el apoyo de Obras Sociales, un espacio donde replicar –reflexionando y sin guardar el anonimato- para sensibilizar a la sociedad de todas las edades que los mayores también existen.

Que somos muchos y merecemos ser tratados con el mismo respeto que cualquier otro segmento de edad.

toni.gil@ono.com ..