Jornadas de estudio e investigación
“Retos sociales del siglo XXI: Las personas mayores y los medios de comunicación”
Conclusiones
Los mayores se han convertido en segmento poblacional protagonista del siglo XXI y, por ende, en un importante sector de atención del mercado futuro por su peso económico y demográfico. Actualmente son mas de ocho millones las personas mayores de 65 años y otro 33% en España son mayores de 50 años.
Las personas que actualmente tienen más de 60 se sienten jóvenes y en forma, tienen un nivel de formación más elevado que el de generaciones anteriores y han sido socializados en el consumo. Con toda probabilidad, la diversidad, en cuanto a estilos de vida y hábitos de consumo entre las personas mayores, irá en aumento conforme las generaciones del baby boom español se vayan incorporando a etapas más adultas. Estamos, por tanto, ante una ciudadanía mayor heterogénea, donde encontramos diversos estilos de vida más que ciudadanos de una determinada edad biológica. Esta ciudadanía mayor escapa a los estereotipos vigentes en la última década del s.XX, ya que se trata de un colectivo con mayor poder adquisitivo y cada vez más numeroso y de futuro.
Se pone por tanto de manifiesto la necesidad de “redefinir” la imagen social y pública del mayor. Tras dos días de trabajo en las jornadas, se ha puesto de manifiesto el desconocimiento social que existe sobre “cómo son realmente los nuevos mayores”. Se ha destacado la escasa visibilidad de los mismos en los medios de comunicación, aparecen “poco” en los mismos, y cuando lo hacen, en general, es bajo un prisma estereotipado y deformado, poco pertinente y poco real. Se sigue utilizando un perfil antiguo y obsoleto que no refleja la realidad de los mayores españoles de hoy.
Existe aún una estigmatización social de la vejez, y de su rechazo, del fenómeno de la discriminación por edad, y se constata el papel tan importante que tienen los medios de comunicación cómo agentes socializadores y conformadores de opinión en el mundo en el que vivimos. Las personas mayores “son invisibles” como ciudadanos normales y de pleno derecho, para los grandes medios: cadenas de radio y TV de ámbito nacional, grandes cabeceras de periódicos, siendo algo mas tenidos en cuenta en medios locales.
Se plantea la obligación de los mayores de ser reactivos y la necesidad urgente de pasar a la acción y hacernos visibles, pero no de cualquier manera ni a cualquier precio, sino de forma pertinente y real. Hay que desterrar los estereotipos que rodean a las personas mayores y esto se plantea como una responsabilidad de todos, compartida, pero especialmente de los mayores, que de modo no consciente muchas veces se autoexcluyen.
Se ha resaltado la importancia de adoptar un papel eficaz y reactivo ante las agresiones a la imagen del mayor, pero también proactivo, de manera que se consiga superar sin dilación la “miopía social” existente sobre una realidad nueva.
También es fundamental cuidar el lenguaje y ello se ha reivindicado ante los medios. Cuidado con el lenguaje verbal y también con el audiovisual, ya que este nunca es neutro, planteándose incluso la posibilidad de crear guías o libros de estilo, así como recurrir a imágenes y grafías reales del ciudadano mayor.
Se hace fundamental trabajar codo a codo con todas las organizaciones, plataformas existentes y medios de comunicación para lograr este objetivo, la edad nunca puede ser un factor discriminador.
Se requiere a los medios para que reflexionen sobre la pertinencia de evitar tópicos, e insistir en las noticias donde la figura del mayor solo aparece relacionada con situaciones decadentes, deprimentes, peyorativas y asociadas a situaciones pasivas y dependientes.
Los medios han de conocer al “nuevo mayor”, del cual existen múltiples ejemplos y modelos de vida que representan imágenes reales de mayores con iniciativas y que definen el envejecimiento activo por el que vienen apostando los mayores del sXXI.
Hemos destacado la importancia de la colaboración entre instituciones y colectivos (asociaciones de mayores) en esta nueva imagen para el fomento del modelo de mayor activo, así como la necesidad de llegar a una sociedad que viva la intergeneracionalidad y el respeto a la experiencia de los mayores de forma natural como paso a una verdadera “Sociedad para todas las Edades”.
La formación a lo largo de toda la vida, las iniciativas llevadas a cabo por los propios mayores y la labor de los mediadores sociales son claves en este nuevo cambio de imagen y del modelo de persona mayor integrada en la sociedad del futuro.
