Índice de Documentos > Boletines > Boletín Septiembre 2009
 

 

A MI BUEN AMIGO JOSE MARÍA ALONSO
CON MOTIVO DEL "CESE OFICIAL" DE SUS ACTIVIDADES LABORALES

(por Gaspar Pérez Albert)


No creí que alcanzaría,

ni por equivocación,

la ansiada jubilación

mi amigo José María.

José María de nombre

y doble apellido Alonso,

reconocido por todos

por su humanidad enorme.

Y mi reconocimiento

a tan digno personaje,

es mi pequeño homenaje

contenido en estos versos.

Tu enorme vitalidad

y el amor por tu trabajo

profunda huella dejaron

por donde fuiste a pasar.

Yo te conocí un buen día

en que lo quiso el azar

y te fueron a enviar,

como ayuda, a mi oficina.

Y no tan solo ayudaste,

pues muy generosamente

y más que acertadamente

nuestro trabajo orientaste.

Recuerdo con emoción

que nos diste, sin dudar,

tu magnífica amistad

y abriste tu corazón.

Desde entonces, es reflejo

de tu personalidad

habernos querido dar

siempre tus sabios consejos.

  

  

  

Amigo de tus amigos,

dispuesto siempre a ayudar

con gran generosidad,

sin habértelo pedido.

Y no me duele aceptar

de ti toda orientación,

pues la das de corazón

y jamás engañarás.

Inigualable en el trato,

con sonrisa siempre estable

en tu gesto siempre amable,

es, sin dudar, tu retraro.

     Y abundando en todo ello,
en tu trabajo, incansable,
realizando, responsable,
siempre un trabajo bien hecho.
 

     Recorriste mil caminos
porque era tu obligación,
y el tesón y la ilusión
siempre llevaste contigo.

     Lograste realizar
mil complicadas tareas
y en ellas tu gran destreza
pudiste bien demostrar.

Desde tu importante puesto

tu amor nos has demostrado,

por tu empresa, tu trabajo

y todos los compañeros.

Ya han pasado muchos años

y en tu vida, tu trabajo

afrontaste ilusionado

igual que un novel muchacho.

Por eso parece extraño

que te quieras jubilar,

aunque pudieras llevar

currando cincuenta años.

Y también cuesta aceptar

que quieras dejarlo todo.

Tu trabajo, de algún modo,

nunca lo vas a olvidar.

Mas ya llega la hora

del merecido descanso,

en el camino quedaron

tus amigos y tus obras.

Por eso has de estar tranquilo

porque solo no estarás,

pues siempre te arroparán

muchos y buenos amigos.

Y al fin tú podrás gozar

disfrutando de los tuyos,

que se llenarán de orgullo

por poder contigo estar.

Hoy creo tener la suerte

de estar entre tus amigos

y ratifico lo dicho

con un abrazo muy fuerte.

  

  

Volver