En recuerdo de Vicente Pastor Boronat, que tanta responsabilidad
tuvo en diferentes procesos de fusión y absorción.

Pedro Rostoll, gerente de Gráficas Diaz y otrora compañero en la Caja, nos ha regalado dos manuales de imagen corporativa de una entidad nonata. Hasta donde yo puedo saber se trata de un proyecto que acometió la Caja de Ahorros Provincial de Alicante allá por los años 80 y que buscó la integración del resto de cajas de la Comunidad Valenciana en una “corporación” cuyos contenidos presumo, pero no puedo refrendar por ahora. Escribo estas líneas con la esperanza de que colegas provenientes de esta entidad me envíen sus recuerdos para engrosar el archivo histórico. ¡Ánimo Miguel Galiana, Baldomero Santana…!

Debió avanzar bastante el proyecto –hacer unos manuales costaba y cuesta una pasta, que diría el castizo- y desconozco porqué se abortó. Supongo que, como otro anterior buscaba la centralización de determinados servicios para abaratamiento de costes y otros recursos, pongamos por ejemplo los informáticos que ya algunas Cajas tenían externalizados en SATEICA.

Y cito que hubo otro proyecto anterior –del que seguramente nos podría hablar Miguel Romá, Andrés Calvo, quizás Paco Bernabeu o Pascual Bosque…- en el que Oliver Narbona también intentó agrupar varias Cajas para unirlas en determinados servicios tales como la logística, el transporte de fondos, etc. Si mi memoria no me falla esta iniciativa debió acontecer a principios de los 70, y  creo recordar que mi hermano Pepe –a la sazón jefe de Publicidad- ya preparó un logotipo al respecto, que no conservamos hoy por hoy en el archivo histórico CAM.

Probablemente en el sustrato de ambas acciones residiera un objetivo paralelo: poner las bases de una futura fusión. La historia nos confirma que hubo en nuestra casa común una en 1975, otra en 1990 y otra en 1992, en las cuales Cajas interesadas en los anteriores frustrados proyectos sí que dijeron que sí a otros posteriores.

En cualquier caso, esa misma historia nos confirma que no todos los proyectos –aunque se publiquen en prensa, o se impriman manuales- llegan inexorablemente a buen puerto.

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