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MICRORELATOS

Mi tren en los “40”

Llegábamos a la estación en coches de caballos. Nos esperaban humildes y desvencijados trenes con carrocerías de madera. Se facturaban bicicletas, enseres… Los viajeros portaban cestas,  fiambreras,  maletas, bultos, estraperlo… Animados vagones con músicos vendiendo cancioneros, rifas y voces estridentes. En la prolongada parada de Albatera algunos iban a bañarse a una balsa cercana. El  arriesgado  revisor  pasaba  de un vagón a otro por el exterior. Un pasajero maloliente se acurrucaba para dormir. Humo y hollín.  Una niña descalza vendía agua en botijo… Guardias con rígidos tricornios que observándolo todo provocaban silencio. Yo, pese a todo, era un niño feliz.

M. Sánchez Monllor

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Mi abuela

Mi abuela nunca fue vieja a pesar de morir con 92 años, pues con más de 80 seguía diciendo: “cuando yo sea vieja… esto y lo otro”. Nos hacia gracia, pues lo decía convencida.

Doña Rosita

Doña Rosita guardaba en su armario un hermoso abrigo de visón. Se lo ponía cuando hacía mucho frío, no importaba el día ni la hora. Ese invierno solo se lo puso una vez a pesar de ser muy crudo, pues sintió un gran complejo de culpabilidad al pasar con él por delante de la gente que sentada en el suelo y aterida de frío, tendía hacia ella sus manos temblorosas.

Con mucha pena

Con mucha pena dejaron a sus bebés en la guardería, trabajaban los dos y no tuvieron más remedio.

Con mucha pena, cuando fueron mayores los bebés, dejaron a sus padres en la residencia. Trabajaban los dos y no tuvieron otra alternativa.

Mª. Tª. Ibáñez Benavente

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El sueño de su vida

Un padre egoísta retiró su hijo del colegio para ahorrarse los gastos de sus estudios y con ello poder comprarse el sueño de su vida: poseer un borriquillo.  Cuando lo compró, muy pronto se dio cuenta de que en realidad  había adquirido dos.

Ateo

Cierto individuo, no creyente, era tan contradictorio que afirmaba rotundamente ser ateo y añadía “gracias a Dios”.

El número uno

Como indigente que era, carecía incluso de lo más simple y sencillo, aunque le gustaba presumir de poseer todo lo más importante, porque como vanidoso era el número uno.

¡Petróleo!

Buscando agua en el desierto, encontró petróleo. Pero se murió de sed.

G. Pérez Albert

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Crisis

Estaba en tal situación de crisis que para arrendar su vivienda en lugar de poner en el rótulo ALQUILO puso AL CUARTO Y MITAD.

El río

Un río es el agua que no quiere salirse de madre.

F. Navarro Albert

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Tratado de historia

Como el tiempo apremiaba y no encontraron posada, bastó un establo. Y vino Él y habitó entre nosotros.

El poder del ahora

Tranquilino Toro Manso (no sé si de carne y hueso), esperando qué hacer mañana siempre relegaba al olvido el quehacer de hoy. Tal era su empeño que tumbado panza arriba se asfixió.

A. Aura Ivorra

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