Cuestión de talla
Un padre de baja estatura, honesto por demás, tuvo dos hijos, bien parecidos, que le doblaban en talla e inteligencia. Se preguntaba el porqué de tales diferencias. Hasta que alguien le explicó que, seguramente, sería el premio que Dios concedió a su honestidad.
Lamentos, risas y aplausos
Nadie escuchaba sus lamentos por más que cambiara su voz. Extrañamente, todos reían y aplaudía. Por algo era el mejor ventrílocuo.
Piano desafinado
Aquella pésima melodía, imposible de interpretar, era fruto de un compositor mediocre, cuyo orgullo le obligaba a culpar al desafinado piano.
Políticos
Intercambiaban insultos e improperios. No era de extrañar. Eran políticos.
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