______________________________ La búsqueda Gaspar Llorca Sellés ____________________

Hola espíritu! Vengo aburrido, con ilusiones de muy bajo nivel, “en horas bajas”, con la esperanza al abrir la página de encontrarte dispuesto a consolarme y abrirme espacios azules y limpios donde poder navegar y olvidarme al momento de este cuerpo que me posee y no me satisface. Sí, ya sé que si me pinchan soltamos el ¡ay! Es cooperativo, que los dolores y las penas están arraigadas y destrozan la sensibilidad que ignoro debe ser mutua, pero a lo que vengo, este cuerpo que ha envejecido solamente responde al reposo, el andar se ha vuelto paseo, a cualquier esfuerzo por pequeño que sea respondo con  dolores,  la carne perdió la pasión, y todas la ansias se han desprendido de él. ¿Bondad, cariño? Temo perderlos, ya no sé si a él le importa y si lo practica por costumbre, sin oírme, ajeno a mi voluntad, que no hay conexión, dicho en una palabra.

     - ¿Qué? ¿He oído bien? ¿Que esto es la muerte?

     - ¡No! y sí, llamémosle prima hermana. Te pido ayuda, líbrame por favor, tú puedes, piensa, reacciona y si es necesario crea, inventa algo inconcebible hasta hoy, fuese como un nuevo nacer, donde ni la virtud ni el vicio tengan cabida que pueda afectar. Abandona por unos momentos ese cascarón y vayamos a saciarnos en los aires del mundo espiritual. Si devaneo, perdón, pido al mismo tiempo que mi cuerpo esté ahí; si pienso es que soy persona, cuerpo y espíritu, pero no sé cómo explicarme. Atiende, digo que es tu morada, la casa en la que vives, pero puedes abrir la puerta y salir cuando lo desees y, libre, completar ese destino que llevas ya que dudo que así se llegue al final sin haberlo completado.

     - Entonces, ¿dónde está tu voluntad?, ¿qué eres tú? Tantas veces que has venido a mi, con tus problemas de espíritu inmortal, de eternidad, de poseedor de divinidad, todo eso que te dieron y te preocupaba lo quieres sin esfuerzo, por favor te lo pido; ya que me has dado algo de ti mismo, esfuérzate un poco y lucha contigo mismo, bases te han dado para salir airoso y te han llevado al punto cumbre.

     He vivido bastante, pero mi cultura es ínfima, la incomprensión la he arrastrado siempre, me siento bebé que abre los bracitos pidiendo lo que no sabe ni aún conoce.  

     Te respeto y sé que no puedes hacer nada de lo que te pido, aunque me has trazado una senda que intentar cruzar,  difícil muy difícil lo veo consiga algo. Otra facultad que creo se deteriora cuando lo hacen las neuronas, es la memoria. Todo el mundo dice “si no tienes memoria es que  no vives” entonces ¿dónde voy sin ella? ¿Estoy muerto aunque el cuerpo resiste?

     No juzgues lo que no conoces, ¿no te acuerdas de tu fe en la inmortalidad del alma? No te falles ahora aunque tu conciencia haya llegado a los mínimos, tiempo tienes de mejorarla, y piensa que ella es inmaterial; y como decían de la materia que ni se crea ni se destruye, aplícalo al espíritu pues esa aseveración es la verdadera. Puede que en ti se haya reducido de valor, no obstante tiempo tienes de revalorizarla y el todo de las conciencias, la conciencia única, comprenderá tus esfuerzos que tú juzgas pobres y que ella sola sabe de su valor. Y desperté y me volvió el juicio aunque algo tembloroso.