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VIAJE A LAS CAPITALES BÁLTICAS

 

El segundo grupo viajero a las Capitales Bálticas, Oslo, Estocolmo y Helsinki, que organizó JUBICAM  a través de la agencia de viajes Grupo Cuatro, salió de Alicante el 14 de Septiembre y regresó el 21 de este mismo mes, con idéntico itinerario realizado por el grupo primero, que aparece publicado en boletín JUBICAM  de los meses de Agosto y Septiembre.

En este caso y para no ser reiterativos, nos limitaremos a exponer en este breve apunte algunas particularidades que acontecieron a los que integramos este grupo.

El primer y posiblemente único tropiezo de nuestra expedición, pues no recuerdo ningún otro importante, lo tuvimos en el aeropuerto de Alicante al que llegamos antes de las 12 de la mañana, cuando nos anunciaron en facturación de que el vuelo con destino a Oslo tendría sobre dos horas de retraso; a todo esto una fuerte lluvia empapó nuestras maletas cuando se dirigían al avión para su embarque. En definitiva, no salimos hasta las 4 y cuarto de la tarde y nuestra llegada a Oslo fue a las 19,45 horas, lo que produjo el enfado lógico de quienes tuvimos que sufrir tan dilatada espera, ya que estuvimos más de cuatro horas encerrados en el aeropuerto.

El grupo lo componíamos treinta pasajeros en total. A nuestra llegada a Oslo nos recibió en el aeropuerto la que iba a ser nuestra acompañante durante todo el recorrido, la srta. Ana Valle, nuestra guía que mereció un notable alto por parte de todos los viajeros por su magnífico trabajo.

Destacar que entre los miembros del grupo reinó en todo momento un ambiente de camaradería muy acusado, que hizo que el viaje resultara muy agradable por la perfecta armonía que existió.

De nuestra estancia en Noruega resulta digna de mención, la visita al parque Wigeland de Oslo, en donde nos hicimos mil y una fotos junto a las esculturas creadas por el famoso artista noruego del mismo nombre.

Noruega nos pareció un país excesivamente caro para nuestra economía.

Como ciudad, Oslo resulta encantadora para vivir, por su tamaño, buenas comunicaciones y cantidad de recintos culturales y deportivos de que disfruta. Solo tiene el inconveniente de que para los españoles resultaría de temperatura muy fría a partir de Noviembre y hasta el mes de Abril de cada año, por la permanencia en sus calles de nieve y de hielo.

En otro orden de cosas, la ciudad de Oslo nos enseñó en el fin de semana que estuvimos allí un ambiente muy bullicioso en todas sus avenidas, calles y plazas, con terrazas y cafeterías llenas de gente creando un ambiente muy agradable.

Desde Oslo a Estocolmo, en una buena tirada de mas de 500 kms de carretera (no autopista) aunque con un buen firme y no demasiado transitada, hicimos parada y fonda en Karlstad para reponer fuerzas; el camino discurrió en su mayor partes entre bosques de coníferas y verdes praderas que resultaron un deleite para la vista.

De todo nuestro viaje, Estocolmo resultó ser, a nuestro entender, la “Joya de la Corona”. Ciudad encantadora que a todos nos complació poder conocer y disfrutar, en la que se confunden los lagos con el mar, con esplendidos canales que la atraviesan y que se comunican entre ellos. Ciudad monumental por excelencia, con notables edificios, sedes de grandes compañías y de la nobleza. Hoteles con más estrellas que el firmamento para el disfrute de quienes están dispuestos a dejarse un buen montón de coronas suecas.

Tras de nuestra visita a Estocolmo, tomamos el ferry que nos llevaría hasta Helsinki en una travesía por el Báltico que duró desde poco después de las cuatro de la tarde del lunes día 18 hasta las 10 de la mañana (hora local) del martes día 19 en que desembarcamos.

La cena de a bordo, en restaurante, resultó deliciosa, si bien fue necesaria la intervención de nuestra guía para superar las dificultades de los distintos idiomas de quienes pedíamos y de quienes nos tenían que servir. No nos entendían. Al final todo se arregló y cenamos de categoría.

Finlandia era la gran desconocida para todos nosotros, y a fuer de sinceros diremos que nos sorprendió gratamente Helsinki, ciudad activa, con un importante comercio que destaca por su dinamismo. Merece resaltarse los modernos edificios de su ensanche y el centro antiguo, junto al mar, con notables monumentos de mitad del siglo XX. La ciudad es cosmopolita, viven en ella personas llegadas principalmente de los vecinos Países Bálticos, como Estonia, Letonia, Lituania y Rusia, que en conjunto superan el 10% respecto del total de la población.

Finlandia tiene algo muy especial: su naturaleza, con bosques infinitos y miles de lagos en la zona sur del país que es la que nosotros hemos visitado. Lástima que no nos diera tiempo para poder conocerlo todo.

¡Ah! Se me olvidaba: durante todo el viaje nos hizo un tiempo espléndido.

En fin, un viaje que mereció la pena por varias razones: conocer los países más próximos al polo norte y disfrutar durante unos días de la grata compañía de un grupo de miembros de JUBICAM, y muy buenos amigos.             ¡Hasta la próxima!                                                                                           Baldomero Santana

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