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    VIENTOS DE GRACIA      


Matías Mengual 


 

     En el artículo del mes pasado, Ser feliz sin ninguna razón, respetaba espacio y omití apuntes del libro “Poder, libertad y gracia”, de Deepak Chopra, que decido transcribir hoy por si dan a luz nuevas maneras de percibir.

     Poder. Capacidad de crear, de llevar a cabo, de actuar eficazmente. Según Chopra, en el inmenso océano de la consciencia infinita hay poder infinito que está a nuestra disposición. Sólo el que está decidido a conocer su verdadero ser, comprenderá la naturaleza y el propósito de la existencia. Si, por ejemplo, para tomar consciencia de quién eres, haces una pausa en esta lectura y sientes una presencia, esa presencia no es tu mente, es tu alma. Tu mente podría estar diciendo ¿Qué comeré hoy? o ¿Qué hora será?; en cambio, los diálogos internos suceden en presencia del alma. Chopra dice que, gracias a estos diálogos, el alma se transforma o recicla, igual que los recuerdos o la personalidad, que ya no es la misma que hace algunos años.

     Libertad. Si me dijesen “el cuerpo es una máquina física que de alguna forma ha aprendido a pensar”, creo que, por muy original que me pareciese, no me conmovería. Sin embargo, si me dicen, “cuando te perdones a ti mismo y dejes de juzgarte, entonces no juzgarás a los demás, y habrá menos conflictos en el mundo”, pensaré que así es. ¿Consecuencia? Me sentiré atraído por quien me habla, porque la idea ya estaba en mí, y no, necesariamente, por acordarme de aquel “no juzgues y no serás juzgado” que dijo Jesús. Más claro: Toda relación es un espejo para tu ser interno. O sea, te sientes atraído hacia aquellos en los que encuentras características que ya tienes pero que quieres tener más, y encuentras repelentes a aquellos en los que encuentras características que niegas en ti mismo. Empiezas a valorar una mente silenciosa, que no juzga, no analiza y no interpreta; dejas de tener miedo, de estar continuamente buscando aprobación; tu ego calla, no te dice: no soy lo suficientemente, bueno, atractivo, o rico... Te sientes libre.

     
Gracia. Flujo sin esfuerzo de la existencia que llega cuando vives en armonía con la vida, cuando los ritmos de cuerpo-mente están en sincronía con los ritmos de la naturaleza. Experimentar ese estado de consciencia en el que las cosas fluyen y tus deseos se cumplen con facilidad es vivir en gracia. Deja, por tanto, que el universo fluya por ti sin interferir. Tu ADN codifica las experiencias de tus antepasados, tanto humanos como animales. Contiene el conocimiento que cuando eras un anfibio, te enseñó a volar y convertirte en un pájaro, y cuando eras un primate, a crear el lenguaje y el arte y la ciencia para poder ser humano. Tu cuerpo se recicla a sí mismo, trayendo consigo algo de lo viejo en cada nacimiento para que el conocimiento codificado en la sabiduría del universo no se pierda nunca. Al mismo tiempo, cada nacimiento trae una perspectiva fresca para que puedas fundamentarte en lo viejo y darte a ti mismo la oportunidad de ser creativo. Escucha, pues, a la sabiduría de tu cuerpo. Confía en tus intuiciones.

     
Importante: ¡Qué bien dicen las cosas algunos, por ejemplo, Ramakrishna!: Los vientos de la gracia están siempre soplando; somos nosotros los que tenemos que izar nuestras velas.

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