Extendidas las velas…
Extendidos
el foque, la mayor y la mesana,
y el pabellón al pico, marinero,
surca la mar, porque la mar te llama
mientras la brisa dice, quedamente,
una nueva canción de madrigada,
encandeciendo espumas –sal y nieve-
con el rubor del alba…
Extiende ya tus velas, porque el viento
las quiere recorrer esta mañana
con el abrazo de su soplo puro
y el beso de sus ansias…
Navega, marinero, mar adentro,
lejos de ti la duda, la nostalgia
y el lastre inútil del “si hubiera sido”…
¡Tíralos por la borda!
¡No hacen falta!